UN FACTOR DE EVOLUCIÓN
En su versión divulgativa, la teoría de la evolución de Darwin suele llegarnos filtrada por la ideología capitalista, que se ha apropiado de ella para justificar científicamente sus presupuestos. Así, la victoria en la famosa «lucha por la vida» ha pasado en el imaginario occidental a ser patrimonio de «los más fuertes». Sin embargo, esta simplificación interesada no figuraba como tal en la teoría de Darwin, que se inclinaba más por la figura de «los más aptos».
Aunque Piotr Kropotkin no fue el primero que denunció esta grosera manipulación, sí fue el primer naturalista que estuvo en condiciones de ofrecer un estudio pormenorizado de sus implicaciones. Y lo que Kropotkin descubrió puede ser fácilmente resumido: «Los más aptos» no tienen por qué ser los más fuertes ni los más individualistas, sino los que mejor se adaptan al entorno. Y las especies que más posibilidades tienen de sobrevivir son aquellas que saben encontrar en la solidaridad la mejor arma para asegurar su devenir.
Así aparecen las nociones de «apoyo mutuo» y de «ayuda mutua». Pero Kropotkin no se limitará a ofrecer una explicación ajustada de los presupuestos de Darwin, sino que, sacando las conclusiones antropológicas y políticas oportunas, extenderá su razonamiento a la sociedad humana en su conjunto. De esta forma identificará las circunstancias y procesos históricos que demuestran que es a través del apoyo y la ayuda mutua -y no a través de la lucha despiadada de «todos contra todos»-, como las sociedades humanas han podido extenderse y afianzarse, identificando los periodos de mayor expansión de esta idea con aquellos en los que el ser humano ha logrado dar lo mejor de sí mismo como especie y como conjunto de individuos.
Ya desde su primera edición en 1902, El apoyo mutuo se convirtió en un libro de culto que, si bien ha sido ampliamente frecuentado por diversas tradiciones anarquistas, todavía no ha agotado su poder de seducción y de inspiración para cualquier propuesta que se niegue a aceptar el desastre como escenario inevitable en el futuro.
La presente edición -traducida por Luis Orsetti y revisada por Julio Monteverde y Maila Lema-, que corrige y actualiza la traducción que ha circulado en lengua castellana ininterrumpidamente durante más de cien años, está basada en la edición rusa de 1921 para la cual Kropotkin introdujo numerosos retoques y ampliaciones definitivas sobre la edición original inglesa.
Además, esta edición cuenta con un prólogo de Ashley Montagu y un epílogo de Carlos Varea, e incluye el obituario que Piotr Kropotkin le dedicó a Charles Darwin, hasta la fecha inédito en castellano.