Louise crece en un pequeño pueblo de los Alpes franceses. Inmensidad, flora alpina, veredas escarpadas que llevan hasta las cumbres y secretos que ahogan las conversaciones familiares conforman su infancia. Muy pronto la abandonará para estudiar en la ciudad, pero la prodigiosa belleza de las montañas la acompañará para siempre.
En los años cincuenta, Lyon aún no ha olvidado las tragedias de la Ocupación. Para Louise, sin embargo, todo es comienzo: los desafíos de la vida universitaria, el ritmo de ese jazz que inunda las noches y los bares, la amistad, el amor... Allí conoce primero a Henri, un talentoso pianista incapaz de superar el asesinato de sus padres que vive en una casa con una biblioteca saqueada por los nazis. Y más tarde a Johann, un chico alemán, de quien se enamora: por él, Louise elegirá un nuevo país, una nueva familia, una nueva lengua. Descubre entonces que también en otros hogares los secretos ensombrecen las relaciones.
En menos de doscientas páginas, y en capítulos breves como pinceladas impresionistas, Schenk nos acerca al laberinto emocional de una joven que habita la fractura entre dos países y que se siente extranjera en ambos. Gracias a la sutileza de este perfecto y penetrante caleidoscopio, nos revela la sugerente historia de una mujer ?que a menudo esconde, disfraza, la suya propia?, de su independencia, de los sueños, de las tinieblas y las faltas que llevamos con nosotros, a veces incluso aquellas de las que no somos responsables, como la velocidad inadvertida con la que transcurre el tiempo y con la que, al final, se consume la vida más plena. Así, lo que en un principio parece una simple historia de amor se convierte en una nueva perspectiva sobre el pasado, la posguerra, el rencor y la reconciliación.